Del cuerpo a la introspección-Autocuidado

08.08.2023
"Introspección viene del latín introspectum:
mirar en el interior"

Disponemos de un espacio íntimo para la vida interior, que habita en nuestro cuerpo. Terreno fértil para sentir la vida, el cuerpo, recibe desde el útero infinitas impresiones sensitivas. Posteriormente la capacidad de pensar se añade como posibilidad de crecer también en interioridad. Esta reunión de sensaciones, emociones y elaboración pensada, nos ofrece un gran campo de autoconocimiento y exploración de la vida desde nuestro interior. La creatividad, aplicada en distintos ámbitos, es uno de sus frutos. La sabiduría y la compasión, a mi entender, expresiones de las más altas formas de amor e inteligencia de que somos capaces los seres humanos, van de la mano del cultivo de ese "jardín" interior. 

Interioridad, espacio corporal íntimo, vida interior... Me parece no únicamente un beneficio, sino un derecho. Extrañamente, parece que vivimos de espaldas a esta realidad y su consiguiente potencial y desarrollo. Volcados a lo externo, de piel a afuera, enajenados de lo propio, existimos como mendigos de nuestra propia riqueza. 

Un sucedáneo de ello es el apego a un pensar compulsivo o vida mental separada del cuerpo. Mente desconectada del cuerpo sentido.

Hay muchas personas que defienden el no sentir, el no mirar adentro, porque creen que es mejor para ellos. Es habitual conocer personas de avanzada edad, sin apenas conocimiento de su propia  interioridad. ¿ Porqué es tan habitual, esta situación aparentemente "contra natura"?. ¿Porqué vivimos tan ajenos a nuestra vida interior ?. Seguro que hay distintas y buenas respuestas pero creo que lo primero es hacernos buenas preguntas. Sin el abono del interés, nada crecerá.

 Es difícil sostener la idea, de que es posible tener buena salud física y psíquica, gozar de buenas relaciones con otras personas, crecer en autonomía y conciencia, sumidos en la ignorancia de nosotros mismos. ¿Porqué entonces renunciamos a todo nuestro capital interior ?.

Creo que para comprenderlo hay que volver al inicio, donde  todo empezó: al útero ,"donde madre", tal como dijo un amigo vasco, y a la infancia.

El cuerpo y los sentidos son la base donde un rico intercambio entre el cuerpo del bebé  y " todo lo demás" (lo externo) se hace posible. Aunque el bebé no conoce esta división entre el afuera y el adentro, esto llegará con el tiempo. Por ello, si todo lo que llega a ser sentido en su cuerpo como afuera, no es suficientemente adaptado a su vulnerabilidad, estas puertas abiertas, sus sentidos, se cierran a sentir. La necesidad de protección ante sensaciones que sobrepasan o malestares que no son gestionables sin el sostén adecuado de otro ser humano, genera muchos desajustes en el desarrollo saludable.  Nuestro cuerpo sostiene nuestra experiencia y teje una memoria viva en nuestra biología. Hace años, todo esto, era menos investigado, pero hoy día hay mucha evidencia científica de ello. Dos lecturas fabulosas, entre otras muchas, para quién quiera profundizar en el tema y además confirmar cuanta evidencia existe hoy día  son :

"El cuerpo lleva la cuenta ", Dr. Bessel Van der Kolk  y  "El mito de la normalidad" Dr. Gabor Maté. 

Por fin está empezando a visualizarse de forma más generalizada, algo que por sensibilidad y sentido común se viene sabiendo desde siempre: los inicios de la vida son muy importantes. Tanto mi experiencia personal como profesional me ha enseñado que muchos de nuestros sufrimientos son debido a la desconexión con nuestro cuerpo y con nuestros sentidos: sedes de nuestra capacidad de desarrollo interior. 

Cada ser humano es único en sus estrategias de afrontamiento respecto al sufrimiento en la infancia. Desde luego la supervivencia es lo primero. Todo el mundo tiene que rendir cuentas con ella. Hay que sentirse suficientemente seguro y suficientemente lleno de sensaciones de apoyo, para sentir conscientemente el propio cuerpo, habitar esa vida íntima, despertar a ese flujo dentro-fuera de una forma que nos ayude a mantenernos vivos y abiertos, en vez de cerrados y dolientes. 

Todas las propuestas de experiencia consciente con que trabajo, individualmente o en grupo, lo hacen desde nuestra realidad "cuerpomente".  Desde el respeto a la singularidad de cada persona y de su recorrido vital, permitiendo este proceso de recuperación y de redescubrimiento de una introspección sana. La vivencia introspectiva que deviene del cuerpo, nos va a acompañar en los retos de lo cotidiano así cómo en el encuentro de cada una/o con los grandes temas de la existencia. 

El próximo fin de semana del 27, 28 y 29 de octubre 2023 tendremos ocasión de explorar todo ello  juntas/os. Un abrazo.

Olga